Hoy me levanté a las 10, un sábado...no me hizo mucha gracia, me gusta despertarme sobre la 11 o más tarde, ese lujo de mirar el reloj y ver que has descansado más de ocho horas, no lo cambió por casi nada. Esto me va a obligar dormir una siestita para compensar.
Ya he puesto dos lavadoras, aspirado y fregado media casa. Toda no, me niego, es sábado. Tenía pensado ir a hacerme la pedicura que tengo los pies que dan pena, ir a visitar a mi madre a recoger un carro para la compra que me compró el miércoles. Lo necesitaba y me compró uno naranja de charol. Socorro. Naranja y de charol, ¿qué puedo hacer?. Cuando le pregunté sobre su elección me dijo, medio indignada: "es un carro juvenil, moderno..." Estupendo, pensé yo, voy a se la más moderna de Mercadona. Preferí por tanto limpiar la casa y lavar la ropa, en lugar de ir a buscar mi carro nuevo. Pero me lo va a traer a casa después de las dos del medio día, junto con una tortilla que me hizo y unas croquetas ya fritas...la perdono.
Ayer invité a almorzar a mi M.A.G. (mejor amigo gay). Cominos de maravilla en uno de mis restaurantes favoritos, nos bebimos una botella de vino blanco italiano y sobre las seis de la tarde, llegué a mi casa dando tumbos, intentando caminar en linea recta sin conseguirlo y con miles de titulares que me regaló mi amigo: "yo nací para vivir de otra manera...rico", "me estoy leyendo El Secreto, dicen que si consigues creerte el centro del universo, lo consigues", "Dios existe y me escucha", "no puedo soportar la idea de que quieras comprarte un coche amarillo, del único coche amarillo que me gustaría verte bajar es de un taxi en Nueva York". No paramos de hablar y de reírnos. A Pablo no lo cambiaría por nada, le adoro.
Ayer en Cuatro vi un reportaje de Obama. Como ya he dicho, me encanta la política y reconozco que no le había prestado mucha atención al candidato a gobernar el mundo. En mi ignorancia, y llevada por la ilusión de que fuese una mujer la que llegara a la Casa Blanca, y de como superó sin caer en una depresión de esas en las que no te mueves de la cama en meses y solo ingieres tranquilizantes, prozac, sopas y purés, tras enterarte (al igual que todo el planeta) de que a tu marido le practicaron una felación en su despacho presidencial, osea, en tu casa. Pues eso, que no sabía mucho de Obama y reconozco que me ha conquistado. Su vida ha sido complicada y ha llegado a donde está con mucho esfuerzo. Tengo que investigar más sobre el primer hombre negro que dirigirá Estados Unidos.
No he leído aún el "Hola" de esta semana, lo estoy guardando para la sobremesa de hoy, antes de la siesta. Necesitaré tiempo y concentración para leerlo como me gusta, despacio y sin otro plan a corto plazo que entregarme a la "Biblia" del corazón. Sé que me voy a fumar entera la entrevista de Jesulín y María José Campanario, hablando de lo felices que son y de lo mucho que se quieren. Seguramente pasaré por alto el tema de la Obregón y Cantizano, tengo ya demasiada información. Y miraré embelesada todo lo relacionado con nuestra Princesa, por la que siento devoción.
Y esta noche saldré a tomarme unas copas, me pintaré como una puerta, me pondré una ropita monísima que aun no he decidido, y pasaré la noche riendo con el novio de Pablo, que es más que gracioso, casi un humorista. Hace poco que me regaló un titular: "yo soy carne de secta, a mi llega uno me toca la puerta y me dice que me vaya con ellos a un lugar maravilloso en donde se acabarán mis problemas y seré super feliz levantándome a las cinco de la mañana para rezar, y yo voy"